miércoles, 13 de febrero de 2008

CARTA DE AMOR DE BIGUES I RIELLS



Barcelona, 14/2/2008
Querida Isabel
Te he enviado tres cartas y no he tenido respuesta.
Sólo desearía saber si te encuentras bien.
¿La salud te acompaña? ¿Tienes un trabajo aceptable?

Sólo sé de ti, tu dirección. Estando tan lejos lo único que se me ocurre es insistir con las cartas. Espero siempre, que en algún momento puedas responderme.

No puedo resistir esta incertidumbre, este silencio tuyo me corroe por dentro, me quema de rabia las entrañas.
No comprendo como hayas podido olvidar, aquellos momentos tan nuestros en los cuales nos confesamos amor eterno.
Ya sabemos que el primer amor es puro, blanco, como una estrella, como una flor de almendro, como el marfil de las teclas del piano.
El primer amor huele como la hierba a la luz de la luna.
El primer amor tiene música, como el agua del arroyo cuando choca con las piedras, en la cascada.
También sabemos que el primer amor, muere como un bonito sueño o como los días felices.

Pero, cariño. ¿No te acuerdas? Todo empezó en el cuarto de costura, mientras yo visitaba a tu padre, mi profesor de literatura, mi salvador en los días de exámenes.
Tú ibas cortando las telas y vistiendo el maniquí de mimbre, allí nos hicimos las primeras confidencias.
Era una tarde calurosa de verano. Cuando llegué la casa estaba solitaria tu allí cosiendo, con la vista clavada en la ropa. Cuando alzabas la mirada para enhebrar la aguja, lucias tus ojos negros como dos faros en una noche oscura. Tu blusa sudorosa pegada en el cuerpo por el calor, marcaba tus insinuantes curvas.
Cuando decidíamos salir, tú te cambiabas la blusa con la puerta entre abierta. Te preparabas para el paseo de los domingos.
¿Te acuerdas de nuestro banco preferido? Estaba rodeado de árboles y césped. Allí esperábamos que la tarde cayera para besarnos, besos cálidos, tardes no fáciles de olvidar
Escríbeme amada mía, dime algo cariño. Si estas dispuesta a no volver y a olvidar todo lo que hubo entre nosotros, yo también intentaré olvidar. Pero, escríbeme amada Isabel. Escribe al menos cuatro líneas para decirme que estás bien

Siempre tuyo Eduardo


MARISA I SIMEÓ





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